JACK HIRSCHMAN
Traducido por Ricardo Gómez
ARS POÉTICA
Primero que todo creo que cualquiera es un poeta, y el celo revolucionario que guardo por la educación de las masas sobre la superación de la propiedad privada y el ejercicio de una distribución equitativa de la riqueza del mundo, debe incluir también la misión de llevar conciencia poética a todos como una forma de simplemente decir: reconócete.
Así que nosotros, por ejemplo, en la Brigada de Poetas Revolucionarios, tenemos bastante claro que lo que conscientemente queremos hacer es poner nuestras palabras al servicio de quienes están ya movilizándose para defender la tierra de un sinnúmero de indignidades y codicias. Hay una pequeña muestra de sabiduría deportiva: la mejor defensa es una buena ofensiva. Nuestra ofensiva es la Palabra, el heraldo de la Verdad. Ponemos nuestras palabras al servicio de asuntos como la indigencia, la lucha de los inmigrantes, la cuestión de la salud, las condiciones de pobreza, la crueldad del tráfico sexual, la cuestión de la raza y, por supuesto, subyaciendo a todos éstos, está el asunto de la movilización de la maquinaria bélica. Es en eventos que giren alrededor de dichos temas, donde puedes estar seguro de encontrar a los Brigadistas que los irradian con el fuego de sus poemas.
Es bueno recordar que escribir un poema es una acción, y que escribir una acción es ya ir en camino de organizar el alma, no simplemente para disfrutar la estética del momento, sino para reconocer la profundidad de la alteridad en su interior, y cómo, si la palabra guía la verdad, el futuro no será, no puede ser, traicionado por las que son sólo las sobras de mentiras.
También es bueno recordar que aunque nos parezca que somos nosotros quienes escribimos, es en realidad el lenguaje el que nos escribe, y exige tan sólo que permanezcamos abiertos a recibir la verdad que nos puede ofrecer. Esa apertura es la claridad sobre cada uno de nosotros, en la que a cada uno de nosotros se nos concede la majestad del lenguaje con el fin de darle a la tierra la imagen de su propia majestad.
CAMINO
Ve a tu corazón roto.
Si crees que no tienes uno, consíguelo.
Para conseguir uno, sé sincero.
Aprende la sinceridad de propósitos dejando
que la vida entre, porque estás indefenso, de verdad,
como para actuar de otra manera.
Aún cuando trates de escapar, deja que te tome
y te rasgue y te abra
como una carta enviada
como una sentencia por la
que has esperado toda tu vida
aunque no has cometido ningún delito.
Deja que te eleve.
Deja que te rompa, corazón.
Tener el corazón partido es el comienzo
de toda recepción verdadera.
El oído de la humildad escucha más allá de las puertas.
Observa cómo las puertas se abren.
Siente tus manos en jarras sobre tus caderas,
tu boca se abre como un útero
pariendo tu voz por primera vez.
Marcha cantando, en un remolino que te lleva a la gloria
de ser extáticamente simple.
Escribe el poema.
MADRE
Hace tiempo que
no estamos en este mundo
sucedió, terminó:
el mundo, la guerra, la guerra mundial
te llevé de la mano
a través de todo
la mano más pequeña, la más pequeña estrella.
No te movías
yo estaba muerta, luego moriste.
Hay una vela en
la boca abierta de la pena.
Ya no poseo un aliento,
soy el desollamiento lento
y el conjunto de lo que todas
las muertes que he visto
han grabado en mis ojos.
He sido un árbol que ríe
junto a un fogón con
bananos acaramelados,
me he visto sexy con pieles de zorro plateado
y la elegancia de unos tacones,
he sido la que
te derribó
y las palabras que buscas.
He sido escupida y
respaldada,
asesinada e invencible,
una perra brava bajo la luna,
el azote de la compasión
tras la droga de las zorras,
el hilo rojo que
libera a todos los convictos,
el dedal que equilibra
tus tragos,
la kalimba que envuelve
tus pesadillas en arrullos,
el poder del nacimiento
cuando muere un niño.
Hace tiempo que
no estamos en este mundo
sucedió, terminó:
el mundo, la guerra, la guerra mundial
te llevé de la mano
a través de todo
la mano más pequeña, la más pequeña estrella.
¿Por qué no habría de llorar ahora
que has entrado a la oscuridad?
Hay muchas como yo a tu alrededor.
Nuestro éter no tiene fin.
Si no volvemos a hablar,
escribirás nuestra conversación.
Si mi voz le fallara a tu corazón
(aunque eso es imposible,
aún eres un niño especial,
lloro ante una ventana),
otras voces alzarán el mío
y lo llevarán al centro
de tu respiración.
Oh, mi amado, cuando ardiste,
cuando tus huesos se ampollaron,
en esos precisos momentos,
¿Quién llevó la simiente a través de un
torrente de muslos y trató de dar la gloria
a esos huevos anhelantes?
Cuando creciste como un libro de texto
que se convierte en texto de furia
contra toda la injusticia de este
infierno ávido de ganancias,
cuando quebrantaron tu mente,
y dividieron tu sexo
como Corea, Vietnam,
como el norte y el sur,
cuando los venenos llegaron complacidos
y el antídoto había muerto,
¿quién cortó el aire como si
retorciera el pescuezo de un pollo?
¿quién le arrancó las plumas y las
arrojó para suavizar tu caída?
Soy la creada que corre por las calles
gritando tu nombre a las burlas,
soy el sueño del suicidio
y las cataratas de cabello inmemorial,
soy el ataque de la libertad sobre los de corazón insensible
y el poema para los de oídos insensibles.
La soledad, la gracia, la sonrisa
que trae tu sonrisa de regreso
de las profundidades biológicas
de un parto y la alegría,
sólo se acercan los latidos del ditirambo,
sólo se delinea el tañido del alma del cosmos.
Hace tiempo que
no estamos en este mundo
sucedió, terminó:
el mundo, la guerra, la guerra mundial
te llevé de la mano
a través de todo
la mano más pequeña, la más pequeña estrella.
UN RIO TINTO
Eso alega ser la tal Corporación Río Tinto, pero ¡definitivamente no lo es!
Dejaron fuera de la mina a más de 600 trabajadores,
muchos de ellos hijos de aquellas uvas de la ira “okie”[1]
que el viento llevó a Boron, California para trabajar en
las minas de bórax, hace dos generaciones,
y cuyos nietos obreros están hoy dolidos
han sido despedidos, apuñalados por la espalda y expulsados,
golpeados a traición por la sed de ganancias,
no sólo desempleados sino reemplazados
por una mierda de esquiroles mil-talentos, incompetentes y tontos,
la dignidad en el arroyo, frita como huevos podridos
bajo el sol del desierto de Mojave.
Pronto el auto se irá y todo se convertirá en destino de
vagabundos para familias sin techo
que duermen bajo periódicos: no hay regreso.
A menos que y hasta que haya:
MÁS UNIÓN aún, ya que unirse es esencial
MÁS UNIÓN aún, pues la mierda que habla el jefe
se ha acumulado tanto que ya se pueden aterrizar helicópteros
en los techos de sus mentiras,
MÁS UNIÓN aún, pues la UNIÓN es nuestra
fuerza atronadora, la razón por la cual
los londinenses al igual que nosotros aquí, hoy, en San Francisco,
se manifiestan frente a las oficinas de Rio Tinto
en Inglaterra, por los californianos expulsados de sus trabajos.
Porque cualquier obrero echado o roboticamente reemplazado,
con sus dedos acusadores ha señalado a la principal desgracia:
tener que comer la mierda que ha expulsado la repugnante cara del capitalismo,
cuando lo que pretendemos es deshacernos de ella y reinstaurar a la raza humana.
[1] N. del T. Nombre despectivo con el que en “Las uvas de la ira”, de Steinbeck, se refieren en California y el oeste a los inmigrantes pobres provenientes de Oklahoma, tras la gran depresión.
NUEVA YORK, NUEVA YORK
Es grande
es fea
la odio
la amo
soy libre
oh
háblame
¿no me oyes?
No puedo dejarla
haré lo que sea por ella
es tan grande
es asquerosa
es tan dulce
la adoro
me quedo
nunca me iré
la llevo dentro
es tan cruel
la odio
la amo
es mía
soy su dueño
es mía
una y otra vez
digo que odio la guerra
la amo
es repugnante
es grandiosa
la amo
no me iré
lo prometo
es hermosa
háblame
¿no me oyes
amarte?
Oh, es tan brutal
es una mierda
háblame
dime
qué debo hacer
lo que sea
es maravillosa
nunca dejaré
de amarla
nunca, nunca
nunca, nunca
nunca.
V.I. LENIN
se abre paso desde la muerte y trae al
aire estancado un intelecto fiero,
descansa sólo ante la muerte de la codicia,
yace enterrado para que todos lo vean y aún así
camina por el mundo como un hombre,
se ríe de los rodeos sentimentales,
sin un centavo en su gloria internacional,
tal como no lo tuvo en la historia,
pasa de un joven a otro porque
ve un niño a cada instante,
es un obrero en el movimiento comunista mundial.
DERRAME DE SATÍN
El satín del derrame de la BP
ha matado millones de peces
y aún más, sin pagar impuestos,
y la sangre de once cuerpos
reventados ha hecho costra en sus manos.
Y por favor no me hablen
del regaño del presidente.
Él necesita ese puto petróleo
para que sus aviones y helicópteros
sigan matando inocentes en el exterior.
Prestemos atención a las… estadísticas:
¿cuántos animales son asesinados en
el golpeado y empobrecido Golfo?
¿cuántos suicidios y casos de
sobredosis en soldados en Afganistán,
Iraquistán, Newyorkistán, Iranistán,
Sanfrancisquistán? ¿cuántos alzan
sus cuchillos para terminar
con sus vidas humilladas
que valen menos que un barril de crudo?
O apuntan su pistola a una sien
en lugar de hacer que las ratas de la BP
se crucen con los gatos más enormes en
la historia humana, relamiéndonos, muriéndonos
por un poco de ratatouille en nuestros dientes.
A QUIÉN LE IMPORTA
para Aggie
Pero la nada a la que se refería él,
que es ahora planetaria, no es negativa,
es más bien una abertura, un resquicio
hacia el otro lado del yo real,
hacia el proceso de escuchar luz,
tal como tú mismo cuando aludes a
todo lo que ha perdido el rumbo en tu vida cotidiana,
cada vez más inasible y fugaz,
en la que los valores más allá del dinero
no parecen echar raíces y están en declive,
tráelos, junto a tu abollado cuerpo,
a la oscuridad, y a lo que le sigue,
pues como el sexo es propio de los animales
y las estrellas, es, de hecho, felizmente,
los animales y las estrellas,
halla ese punto afuera de la ventana
(vieja arenilla de pared, o árbol o liquen)
con tu mirada fija, cautiva,
como si nada fuera más radiante,
absorto, informativo, en sintonía,
como la ventana de un computador en un mundo
“cibernético”, decía, hablando del
futuro hace unos cincuenta y
cinco años, de esta escucha
visual de la luz
justo bajo la superficie de las cosas,
este todo-en-ti planetario, hecho de
holocaustos y éxtasis, de la pulgada del caracol
y el acero del obrero, de manifestaciones
y monotonías, del gólem y el robot, abierto percibes
torpe, ávida, desolada y auténticamente,
sonidos de lo más profundo de esa salvaje quietud,
y allí, donde cinco huesecillos humanos tiran de las
mangas de tu piel, el signo de interrogación
cae y sabes ya a quién le importa.