Al adentrarnos en el siglo XXI, la paz, la colaboración y el desarrollo es la tendencia común y la mayor aspiración de toda la humanidad. No obstante, en los últimos años, los cambios geopolíticos, geoeconómicos y la competencia estratégica entre grandes potencias están creando un punto de inflexión en la situación mundial con muchos elementos difíciles de predecir, impactando de disímiles formas en la seguridad y desarrollo de las naciones, donde las ventajas y oportunidades se entrelazan con muchas dificultades y desafíos.
Después de finalizada la Guerra Fría, sobre todo desde hace varias décadas hacia acá, el mundo está en constante movimiento, poco a poco se ha ido conformando y estableciendo un nuevo orden. El papel de potencias tales como Estados Unidos y China, a pesar de que aún se sigue fomentando la posibilidad de una imposición mundial dicho de manera subjetiva, ha ido declinando en parte. Los nuevos “Centros de Poder” como Rusia, Japón, India, y la Unión Europea entre otros, realizan un esfuerzo indetenible, paso a paso van creando la multipolaridad, orientada hacia un mundo mucho más equilibrado. Esto trae consigo un beneficio considerable para la paz, la estabilidad y el desarrollo mundial y regional.
La situación mundial continúa teniendo fuertes transformaciones a partir del estallido de la pandemia COVID-19 en todo el planeta, causando graves afectaciones a las naciones, donde el desarrollo socioeconómico y la vida social se afectaron seriamente, con decenas de actividades paralizadas. Con el deseo de rápidamente lograr la recuperación del país con posterioridad a la crisis provocada por la epidemia, muchas naciones se han apresurado en darle un fuerte impulso a la explotación de los recursos naturales, no obstante, ese impetuoso desarrollo está lleno de problemas que afectan al cambio climático, agrava la contaminación al medio ambiente e incrementa los desafíos en cuanto al desarrollo sostenible. No se puede negar que ha ocurrido, y está ocurriendo, una competencia ardua y tensa por el control de las materias primas entre las grandes potencias, lo que hace que la seguridad y la política internacional sean mucho más tensa. Valiéndose de las ventajas disponibles, las grandes potencias explotan su papel e influencia para causar presiones a países de la región y a organizaciones internacionales donde dichos países juegan un papel preponderante. En ese contexto, llama la atención que el nacionalismo extremo, el populismo, el proteccionismo y la dependencia en las grandes potencias de los países pequeños y en vía de desarrollo tiene tendencia al incremento, lo que también hace que la complejidad del mundo sea muy difícil de predecir.
En la región Asia-Pacífico, la paz y la estabilidad siguen siendo la tendencia preponderante, no obstante, la situación regional también presenta muchas situaciones complejas. Aunque las relaciones económicas internacionales se desarrollan cada día más, la dependencia entre naciones se incrementa por días, sin embargo, las relaciones políticas entre los países de la región, especialmente las de las grandes potencias, aún no presentan muchos elementos de inestabilidad ni existen contradicciones que puedan estallar en conflictos.
Sobresalen las disputas fronterizas y territoriales en la región, sobre todo las disputas marítimas y en las cayerías del Mar Oriental y el Mar del Este de China, que se tornan cada vez más complicadas. La situación política interna en no pocas naciones tiene un comportamiento complejo, el surgimiento del nacionalismo impacta significativamente en la política interna y externa de los países. Los problemas de seguridad tradicionales y no tradicionales son cada vez más urgentes, al tiempo que falta un mecanismo efectivo para enfrentar estos peligros.
Especialmente en el año 2022, el conflicto Rusia-Ucrania impactó fuertemente en la situación mundial. A partir de ese conflicto, surgieron agudos conflictos en internet, acompañados de profundas divisiones entre países y nacionalidades.
La realidad antes mencionada, demuestra que la humanidad vive en un mundo de indetenibles transformaciones y cambios acelerados e impredecibles. Ello exige que cada país necesariamente adopte estrategias adecuadas, no solo que den respuesta a las exigencias de desarrollo de la regional y del mundo, sino también que preserven los intereses de los países y nacionalidades.
En tales circunstancias, Vietnam ha seguido y sigue aplicando con eficiencia una política exterior independiente, soberana, de paz, amistad y desarrollo, multiregionalizando y diversificadando sus relaciones exteriores. Garantizando al máximo los intereses nacionales sobre la base de los principios básicos de la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional, de igualdad, colaboración y beneficio mutuo 1 .
El objetivo general en la política exterior de Vietnam consiste en mantener el ambiente de paz y estabilidad, insistir y persistir en la sólida defensa de la independencia, soberanía, autodeterminación, integridad territorial, y demás intereses justos apegados al derecho internacional. Ser siempre pacientes, calmados, creativos, hábiles y analizar de manera correcta las relaciones con el exterior.
En este año 2023, con el fin de cumplir exitosamente los objetivos del desarrollo socio-económicos del país, Vietnam continuará desarrollando una política exterior consensuada independiente, soberana, multiregional y divercificada, proactiva, trabajando activamente en la integración internacional, aprovechando y fomentando al máximo el prestigio y fuerzas del país, fomentando el papel vanguardista de la política exterior en el establecimiento y preservación de un ambiente de paz, estabilidad, explotando recursos externos al servicio del desarrollo del país y elevando la posición y prestigio del país. Al propio tiempo, seguir impulsando, profundizando e incrementando de forma entrelazada los intereses de Vietnam con los de las contrapartes, impulsando fuertemente el funcionamiento con el exterior del Partido, el Estado, el Gobierno y la Asamblea Nacional, entre ellas, la primera prioridad consistirá en impulsar una colaboración económica eficiente y objetiva. Vietnam continuará reafirmando con fuerza y de forma clara con sus amigos internacionales, que Vietnam es amante de la paz, que no dejará de esforzarse y contribuir de manera positiva y responsable en aquellos aspectos relacionados con la paz, la seguridad y el desarrollo en el mundo.
Lo más importante y esencial es que Vietnam se mantendrá firme en sus ideales, y en el camino de desarrollo con una orientación socialista. Tal y como reafirmara el compañero Nguyen Phu Trong, Secretario General del Partido: “La independencia nacional en estrecho vínculo con el Socialismo, constituye la política básica y transversal de la Revolución Vietnamita, y también constituye la cuestión esencial del legado y pensamiento del Presidente Ho Chi Minh. Con la vasta experiencia vivida por él y en estrecha vinculación con el fundamento revolucionario y científico del Marxismo Leninismo, Ho Chi Minh arribó a la profunda conclusión de que, solo con el Socialismo y el Comunismo es como único se pueden resolver de manera radical el problema de la independencia de los pueblos, y es como único se puede conseguir una vida verdaderamente libre, próspera y feliz para todas las personas y para todos los pueblos”, por la simple razón de que “la sociedad socialista es una sociedad orientada hacia valores tales como el progreso y la civilización, sobre la base del interés común de toda la sociedad, en armonía con los justos intereses del ser humano, totalmente diferente en su esencia con las sociedades que compiten para conquistar intereses individuales entre individuos y grupos, es por eso que es necesario disponer de condiciones para construir el consenso en el pueblo, en vez de oposición y antagonismo social”.