Por: Amelia Duarte de la Rosa
Cinco números de la revista Cuba Socialista se presentaron el viernes 9 de febrero en la Casa del Alba Cultural, subsede de la 27 Feria Internacional del Libro. El regreso de la publicación, en su cuarta etapa de vida, pretende –como en momentos anteriores– incentivar el pensamiento revolucionario en su forma académica y política, aunque lo hará con nuevos conceptos visuales y de contenido, de acuerdo al contexto contemporáneo.
Con el intelectual Enrique Ubieta Gómez, director actual de la publicación –órgano teórico y político del Partido– conversamos sobre la historia, el diseño y los retos actuales de Cuba Socialista, fundada hace 57 años por el Comandante en Jefe.
Cuba Socialista ha tenido tres etapas anteriores, ¿pudiera hacernos un recuento de esa parte histórica y de los mayores hitos editoriales de la revista?
La revista fue creada en 1961 por Fidel, como órgano teórico y político del Partido que unificaría a todas las fuerzas revolucionarias. Ya se había declarado el carácter socialista de la Revolución y bajo esa bandera, el pueblo había derrotado en Playa Girón al imperialismo y a sus mercenarios. A veces se menciona la torpe reacción del imperialismo frente a esa nueva realidad como la causa de aquella radicalización. En su primer editorial, sin embargo, Fidel deshace esa hipótesis: «dentro de un régimen social semicolonial y capitalista como aquel, no podía haber otro cambio revolucionario que el socialismo, una vez que se cumpliera la etapa de la liberación nacional.
Contó en su primera época –que se extendió de 1961 a 1967– con un Consejo Editorial de lujo: Fidel, Osvaldo Dorticós, Carlos Rafael Rodríguez, Blas Roca y Fabio Grobart. La revista publicó artículos y discursos de esos autores, y de Ernesto Che Guevara y Armando Hart, entre otros dirigentes y estudiosos del marxismo y de la teoría política. Cuba Socialista –añadía Fidel– estará dedicada íntegramente a la noble y humana tarea de servir a la lucha por terminar la explotación del hombre por el hombre”.
Por diferentes causas la revista recesó y reanudó su marcha en otras tres ocasiones. No intentaré una disección de cada etapa, cada una de ellas aportadora de valiosos textos; he escuchado a muchos viejos militantes decir con agradecimiento que guardan en su casa la colección completa.
La revista siempre tuvo seguidores fieles y un prestigio que nos corresponde resguardar. Puedo afirmar que su provisional cierre en el 2010 se debió sobre todo a una necesidad teórica: un proceso extenso de debates populares y de reajustes estaba por iniciarse, en la conformación final de unos Lineamientos –deudores del trabajo teórico y la experiencia política– que actualizarían el modelo cubano de socialismo. Finalmente, en el 2016, la revista –conminada por el Congreso partidista anterior y a las puertas del nuevo Congreso– pudo retornar al ruedo, no sin una renovación de su diseño y su concepto editorial.
¿Bajo qué nuevos conceptos visuales y de contenido llega la revista a esta cuarta etapa?
La renovación visual puede asociarse al interés por captar la atención de un público más amplio, pero no se limita a ello. Creo que la forma se relaciona también con una intención de contenido: nos proponemos incentivar, como en las etapas anteriores, el pensamiento revolucionario en su forma académica y política, pero queremos también incorporar el ensayo, la reflexión poética y sus expresiones gráficas (pinturas, dibujos, fotografías). Sé que para algunos puede resultar extraña la inclusión de una sección de poesía u otra de humor gráfico en una revista teórica. Pero no debe olvidarse que se trata de una revista teórica y política que reflexiona sobre y para la transformación revolucionaria.
¿Qué nuevos retos tiene hoy día una publicación teórica y política?
A esos dos adjetivos (teórica y política) hay que añadir su condición de órgano no de un centro académico, sino de un Partido revolucionario en el poder. Cada etapa histórica tiene sus peculiaridades. Hoy la lucha contra la hegemonía cultural del capitalismo y por la construcción de nuevos consensos es más sutil y se apoya en las nuevas tecnologías.
Cuba Socialista quiere estimular el debate sobre el socialismo y también sobre el capitalismo, sobre la historia y sobre el futuro de Cuba, de América Latina y del mundo. El debate abierto, frontal, es insustituible; la verdad siempre es revolucionaria, y no es ajena a la justicia. La publicación construye ya y lanzará en breve su página web. Desde luego, no se trata de reaccionar o de responder a cada provocación enemiga, a cada cuestionamiento; es preciso formular preguntas propias, trazar un camino de indagaciones que ilumine las zonas que el enemigo quiere mantener en la sombra. Los trabajos no expresan la opinión del Partido (a no ser que se indique lo contrario) sino de la de sus autores.
¿Quiénes integran el Consejo Editorial de Cuba Socialista? ¿Con qué frecuencia sale la revista? ¿Está destinada a un público en específico? ¿Dónde se puede adquirir?
El Consejo Editorial fue renovado. Sus antiguos integrantes siguen colaborando en sus páginas, pero preferimos que la nueva época tenga su propio grupo impulsor. Hemos tenido que lamentar la pérdida de uno de sus miembros más prominentes, Fernando Martínez Heredia, quien por primera vez accedía a integrar su núcleo gestor. En sus primeros cinco números –el primero es una antología de carácter histórico–, la revista publicó tres textos suyos.
Son miembros de ese Consejo Editorial intelectuales de diferentes generaciones y profesiones: escritores, economistas, historiadores, filósofos, sociólogos. Uno de ellos –recuérdese que se trata de la revista del Comité Central– no es miembro del Partido, aunque es militante de la Revolución.
Cuba Socialista amplió su formato y su número de páginas: de 60 pasó a tener 170. Ese esfuerzo editorial requiere más tiempo de cocción: ahora es cuatrimestral, es decir, aparece tres veces al año. Y un precio de venta superior: diez pesos.
Preocupados porque la revista llegue a todas las universidades y centros académicos y políticos del país, intentamos en un inicio que la distribución de sus 10 000 ejemplares se efectuara por suscripción. Sin abandonar esa opción, hoy favorecemos la idea de que se venda en los estanquillos de Correos de Cuba y en algunas librerías del Instituto Cubano del Libro. De hecho, sus cinco primeros números están a la venta en la Carpa central de la Feria del Libro en La Cabaña».
¿Qué podrá encontrar el lector en los cinco números que se presentarán en la Casa del ALBA Cultural?
El lector hallará reflexiones de Pablo González Casanova (México), Fernando Martínez Heredia, Graziella Pogolotti, Gilberto Valdés Gutiérrez, Luis Britto García (Venezuela), Atilio A. Borón (Argentina), Pedro Pablo Rodríguez, Nils Castro (Panamá), Jorge Hernández, Cristopher Matlhako (Sudáfrica), Elier Ramírez Cañedo y Willy Meyer (España), entre otros; entrevistas a Harry Villegas, Guillermo García Frías, Paul Estrade (Francia), homenajes a Fidel y al Che, con textos de ellos y sobre ellos, debates sobre la guerra cultural, los retos de la izquierda ante la contraofensiva imperialista, sobre la vigencia de la socialdemocracia, el significado del populismo como concepto histórico o sobre las plataformas de restauración capitalista, poemas de Juan Gelman, León Felipe o Roque Dalton, humor gráfico de Ares, Tomy o Martirena, entre muchos otros autores.
En imprenta queda el sexto número, dedicado al centenario de la Revolución Socialista de Octubre. A partir del número cuatro, cada portada mostrará la obra de un importante artista plástico: Fayad Jamis (No. 4), Choco (No. 5) y Diego Rivera (No. 6).
¿Qué línea editorial defiende actualmente Cuba Socialista?
La que trazó Fidel en su primer número de 1961. Las condiciones son otras, pero el socialismo (próspero, democrático y sostenible) sigue siendo el horizonte por alcanzar. No será una revista –ya se dijo en el primer número de su cuarta época– que, en aras de una comprensión antiséptica (y anticientífica) de las ciencias sociales, se aleje de compromisos y objetivos revolucionarios.
Tomado de Granma, 7 de febrero de 2018
Cada militante del Partido debe tener acceso, tanto a la Revista como a la Web y poder interactuar directamente con los autores de los artículos que se publiquen, como habitualmente se hace en todo el mundo. Un ejemplar cada cuatro meses ES MUY POCO. Esta revista debe editarse y distribuirse a los núcleos del PCC de todo el país. Razones tengo para proponer esto, porque los núcleos están ávidos de informaciiones actualizadas del Comité Central sobre asuntos ideológicos en las circunstancias actuales en que se desarrolla la Revolución.
Abelboca: Gracias por su comentario. La web está abierta a los comentarios de todos los militantes y de los no militantes también, de cualquier lector y apreciamos mucho el intercambio de criterios, incluso si son discrepantes. Sabemos que un ejemplar impreso cada cuatro meses es poco, aunque el esfuerzo es grande: se trata casi de un libro, pues cada entrega tiene entre 160 y 180 páginas. Por el momento no es posible acortar la salida de cada número impreso. Pero la web se actualizará cada semana, y permitirá un diálogo más fluido.
¡Qué exactas las predicciones de Fidel sobre el advenimiento de la era digital, y los graves peligros a los que estaba abocada la especie con el uso irresponsable de los medios de comunicación modernos! Con la batalla de ideas trató de preparar a millones para disernir en el basurero mediático, cuánta información se mueve, cuántas mentiras o seudoverdades navegan en el torrente de las redes sociales. Nos llamó a elaborar y enriquecer un pensamiento propio, a sembrar valores como antidoto a la deshumanización probable. Se confunde la libertad de expresar con el vacío ético de profanarlo todo, comenzando por la verdad. ¿Cómo podremos articular acciones para cultivar la humanísima necesidad de pensar?
Cómo formar la cultura del análisis que permita arribar a conclusiones propias, no la repetición vacía de frases, ideas, expresiones preconcebidas. No pretendamos que la liberación creciente del hombre de barreras y esteriotipos sea necesariamente una evolución.
La Revista ha jugado un rol importante en estos años, el altísmo nivel de sus autores ha permitido publicar trabajados de profundo rigor científico y de elevado signifcación ideocultural. Los retos de hoy la hacen muy necesaria, aunque pienso que tiene que ser más abarcadora en los temas y más abierta a enfoques no coincidentes sobre la apreciación de la realidad actual. Cultura del debate y el análisis, el pensamiento crítico resulta una necesidad. Más trabajos y más sistemáticos.