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Claudia Salerno Caldera: «Es muy gratificante poder defender a un país en libertad»

Por : Enrique Ubieta Gómez

Cercada por una intensa campaña mediática, una mujer ostenta con dignidad en Bruselas su condición de Embajadora de la Revolución bolivariana ante el Reino de Bélgica, Luxemburgo y la Unión Europea. Su pasión revolucionaria se aferra a la verdad, como la mejor arma de combate. Esta entrevista se produjo en septiembre de 2018, y desde entonces la agresividad del imperialismo norteamericano y de algunos gobiernos europeos no ha dejado de incrementarse.

¿Los europeos conocen lo que sucede en Venezuela? Me refiero, sobre todo, a los pueblos de Europa.

Lamentablemente, hasta los sectores de izquierda están sometidos a una avasalladora campaña mediática. Europa está profundamente contaminada por la información que le llega de los grandes medios y es extremadamente difícil romper ese cerco de cuestionamientos que se genera en la cabeza incluso de aquellos que se dicen afectos al proceso bolivariano. Entonces, encontramos dentro del europeo común dos tipos de personas: aquellas que teniendo acceso a los medios de comunicación y sobre todo a la televisión, mantienen una imagen de Venezuela dividida en dos etapas, una de bonanza, de construcción de un modelo diferente, liderado por el presidente Chávez, y otra de un deterioro profundo, de un país que vive en el caos, en la violencia, con una situación económica terrible, la gente muriéndose de hambre, sin hospitales ni medicamentos, y más recientemente, con la matriz que se ha creado del gran éxodo venezolano hacia la región. Pareciera, y lo vemos dentro de ciertos sectores de la izquierda, que lo que ha querido hacer la derecha y los medios, las grandes trasnacionales mediáticas, ha sido demonizar el ejercicio del presidente Maduro, y ha sido una tarea permanente de nosotros, desde la embajada, ofrecer información constante, prácticamente diaria, tanto a las embajadas como a los movimientos sociales, como a los sectores de toma de decisiones aquí en el gobierno de Bélgica y a los órganos de la Unión Europea, para tratar de que se entienda la verdad, con cifras, con efectos tangibles, no por conjeturas de CNN, que emplea imágenes expresamente amplificadas de situaciones. Y cuando se confronta con ellos en términos de datos y de hechos concretos, fácticos, reales, uno logra demostrar que la situación no tiene absolutamente nada que ver con lo que los medios han querido trasmitir, y que parte de ese cuestionamiento que de alguna manera se coloca en las cabezas de la gente, es parte de esa guerra a la que todos estamos sometidos a diario, esa contaminación permanente que hay de información desvirtuada, como lo hubo en un momento con el Medio Oriente y lo sigue habiendo con algunos de esos países, pues ocurre también con Cuba, cada etapa de la historia ha tenido un malo, y ese es el que la derecha, el imperialismo ha decidido atacar. Nuestra pelea es ofrecer, por todos los medios posibles, la verdad.

Venezuela, vamos a decirlo de esta manera, ha cumplido con todas las reglas del juego del sistema democrático – burgués, y sin embargo, es el imperialismo el que las viola, porque parte del supuesto de que si esas reglas no ratifican su poder, no sirven. La “democracia” funciona mal y es prescindible si en las urnas ganan las fuerzas revolucionarias.

Yo recuerdo en particular las situaciones terribles de violencia que vivimos, tanto en el año 2015 como en el 2017, fueron dos momentos terribles, impensables en Europa, porque bajo toda legislación europea gestos similares son considerados –así está legislado–, como terrorismo. Sin embargo, acá se hace una reinterpretación de esas expresiones como derecho a la libertad de expresión o derechos cívicos. Toda una doble moral en la narrativa política y también mediática; lo que ocurrió en Venezuela pone en evidencia la existencia de un doble discurso, de un doble rasero para las situaciones que se viven en Europa y en otros lugares del mundo; usted no puede imaginar que siete personas coloquen barricadas en la avenida principal de Bruselas y le disparen a quienes pretendan removerlas. O que lleguen fuerzas del orden a limpiar las calles y reciban disparos en la cabeza. Cuando uno traslada lo que ocurre en Venezuela al escenario europeo, se ven obligados a repensar las situaciones. Uno acá ni siquiera puede insultar verbalmente a un agente de las fuerzas del orden sin que en algunos países ese gesto se considere terrorismo. El caso más crítico en relación a las reglas en ese sentido es el español, lo que allí se considera disidencia, ruptura del orden, cuestionamiento de las estructuras, en Venezuela es libertad de expresión. Vinieron las elecciones y esas bandas salieron a las calles a quemarlo todo, a atentar contra centros hospitalarios, contra guarderías infantiles, las cosas que vimos en Venezuela no se habían visto nunca. Y eso habla mucho de la grandeza de Nicolás Maduro y de la asertividad del Comandante Hugo Chávez al escogerlo. Cualquiera que hubiese podido cuestionar la elección de Maduro en su momento, la historia, hasta el día de hoy, hasta las decisiones que se estuvieron tomando ayer, demuestran que con dificultad hubiéramos podido tener otro líder que hubiese manejado situaciones tan extremas de una manera tan noble, con tanta altura humana. En situaciones en las cuales otros igualmente militantes y amantes de la Patria hubiésemos perdido los estribos, él llamaba siempre a la calma, al manejo de las situaciones con amor, y siempre con una mano tendida para el diálogo con los sectores más radicales. Eso se lo cuestionaron mucho y sin embargo, demostró que tenía razón. Todo lo que él ha vivido, porque ha sido un Presidente al cual no le han dado tregua, desde la campaña electoral, desde antes de ganar, y desde el día en que asumió al poder, no ha tenido un solo día en el que haya podido llegar a su despacho a gestionar un gobierno en una situación de normalidad. De manera que hay otro componente narrativo en el europeo que hay que desmontar: las críticas a la gestión de Maduro, al que llaman un mal gerente, un mal estadista, porque hay una “crisis económica” y porque existen situaciones complejas que él no niega, pero que son el resultado de una situación anómala de bloqueo, de un avasallante bloqueo financiero, comercial, económico, inmoral, de los Estados Unidos contra nosotros. De manera que él no es un gerente en una situación normal, sino en una extremadamente crítica y ha tenido que enfrentar dos situaciones de violencia de las que ha podido sacar a su pueblo, porque ha sido el Presidente de todos. Ha sido el Presidente de su Partido político y de los que lo han apoyado, es decir, de las mayorías que lo eligieron, pero también ha sido –y esa es su grandeza moral-, el Presidente de la oposición, de la más rancia y advera, de la más violenta.

Se le acusa de una situación que es resultado del bloqueo económico que estamos viviendo, porque muchos emigraron para buscar mejores oportunidades económicas, sobre todo sectores de la clase media pudiente tomaron un avión y se fueron a países donde tenían familiares, o cercanías que pensaron que les iban a facilitar más la vida y se encontraron con países en donde las personas tienen que trabajar dieciocho y veinte horas diarias, sin permiso para almorzar, sin pausas para ir al baño, y al confrontarse con el capitalismo salvaje en nuestro mismo territorio americano se han dado cuenta de que tienen un sistema de gobierno que ha generado leyes laborales que bajo otras circunstancias no se permitirían, y el Presidente, en lugar de criticar a estos venezolanos por haberse ido y decirles ahora corran con su suerte, ha enviado aviones a los distintos países de América Latina para ofrecerles el regreso a la Patria. Yo vi esta mañana y me conmovió mucho, a un joven abrazado a la bandera venezolana en un autobús que se acercaba a nuestra frontera con Brasil –son personas que no son afectas al Gobierno–, traía la bandera como cobija; la periodista que hace la toma le pregunta si tiene frío, y él, con lágrimas en los ojos responde: “yo solamente estoy abrazado a mi Patria, quiero volver a mi país”. Y al pasar la frontera despliega la bandera y empieza a cantar el himno, y todos bajan del autobús cantando el himno nacional. El Gobierno les abre los brazos para que vuelvan. Yo creo que Maduro nos ha traído a la memoria a ese Chávez del último día, cuando dijo, confíen, es esta la persona, yo trabajaba cerca de él en la Cancillería, pero las personas que no conocían su capacidad y su condición humana, su altura como ser humano, han recibido una demostración extraordinaria de lo que significa ser un revolucionario de verdad.

Claudia, el mundo entero condena el bloqueo económico, comercial y financiero a Cuba, que se ha intensificado con la presidencia de Trump, ¿pero se conoce que Venezuela está siendo objeto de un bloqueo creciente a sus recursos financieros?

Estamos haciendo una gran campaña para poner en evidencia la crueldad con la que se está ejerciendo este bloqueo. Estados Unidos lo ha vendido como sanciones puntuales a ciertos funcionarios del Gobierno, pero en realidad esas sanciones personales que pueden implicar la remoción de una visa –es el cuestionamiento frívolo que hacen algunos sectores, que argumentan que el país no es afectado–, no son las únicas, no, el bloqueo es concreto, hay medidas que han sido tomadas contra la capacidad de pago del país y la de recibir los pagos que nos adeudan. Es tal la severidad de este mecanismo en el sector financiero que incluso ha empezado a involucrar desde el año 2017 y en el 2018 con más fuerza a la banca europea. En la situación actual, la banca norteamericana le impide a la banca europea que transfiera desde sus países, para solo poner un ejemplo, la renta consular, la que por derechos consulares se genera. Son recursos del Estado venezolano, que sus ciudadanos pagan para tener acceso a los servicios consulares. Y esos fondos son retenidos en la banca europea, secuestrados por la banca europea, para que no puedan ser ingresados al sistema público nacional. Ese secuestro monetario también se ha visto en la casa mayor de detención de bonos de Venezuela, bonos públicos de la deuda, que está en Europa, se llama Euroclear, con sede en Bruselas y en Luxemburgo, y esa Casa Matriz tiene en estos momentos retenidos más de mil millones de dólares que son del pueblo venezolano, que están allí para la compra de medicamentos, para el fortalecimiento del sistema de salud, de educación, y ese dinero ha sido secuestrado por efecto de las sanciones norteamericanas sobre el país. Esa situación de asfixia económica tiene un antecedente en la experiencia chilena de los años setenta. Cuando se desclasificaron los archivos sobre Chile aparecieron los memorandos que se intercambiaban desde las embajadas norteamericanas. Es evidente que la intención norteamericana es estrangular la economía venezolana, como hicieron con la chilena, hasta hacerle doblar la rodilla a su gobierno, una asfixia económica con propósitos políticos, pero ¿qué le puede decir Venezuela al pueblo cubano con respecto a eso? Cada vez que nosotros como revolucionarios hemos sentido la fiereza con que el imperio ataca, acudimos a la historia para recordar dos cosas: uno, que mientras más aprietan es porque mejor lo estamos haciendo y dos, que mientras más aprietan más recursos encuentra el pueblo revolucionario y más se crece. Han transcurrido sesenta años y no han logrado doblegarlos a ustedes. Cuando queremos reafirmarnos que sí se puede, que es posible combatir y crecer, y reinventarse, miramos a Cuba. Lo que no tuvo el proceso chileno, pero sí Venezuela, es la profunda unión cívico-militar, la posibilidad de que las armas no se viren contra el pueblo y tuerzan el rumbo democráticamente escogido por él. Chávez se nutrió también de aquella experiencia. Yo creo que ha sido en los años de la gestión de Maduro cuando todo lo que el Presidente Chávez construyó de unión cívico-militar se puso en práctica. Cuando cinco Estados de los veinticuatro que tenemos estaban siendo incendiados por los gobiernos de la oposición, y se auspiciaban actos de violencia, las Fuerzas Armadas no se voltearon contra la gente, y el Presidente siempre pidió que la respuesta a la violencia no fuese más violencia, incluso cuando varios sectores decían que había que sacar al Ejército, dar una respuesta más convencional como hacen los europeos, que ante una manifestación de pensionados sacan al ejército y les caen a golpes. No, el Presidente Maduro no generó nunca una decisión de esa naturaleza. Pero para un país instalado durante más de cien años en un modelo rentista petrolero –recuerdo que Chávez también insistía en que esta fuera también una revolución ecológica–, era importante salir de esa dependencia. Esta coyuntura nos obliga y Maduro lo ha entendido: si no es el petróleo, otro recurso lo será. Creo que un choque así de grande es lo único que nos hubiera permitido y nos está permitiendo romper mental y emocionalmente con más de cien años de tradición y de dependencia absoluta de la renta petrolera.

Esta no es una pelea por la verdad, aunque la verdad es importante y nosotros siempre la enarbolamos, hay intereses detrás de la decisión que cada gobierno toma, aun así, usted proporciona día tras día, los datos, los elementos, la información, como Embajadora que es ante la Unión Europea, ¿siente que su esfuerzo es útil?

No hay terreno donde se pueda abandonar la lucha. Si la que toca en la casa es dura, vital, para organizar al pueblo, despachar los alimentos y asegurar, por ejemplo, que el sistema de abastecimiento de los alimentos funcione, es cierto que estos escenarios también son relevantes. Así parezca poco, hay que entregar todo el esfuerzo en ellos, cada día, cada hora. Hay que repetir la verdad quinientas veces. Esa es la trinchera que se me dio. En tacones y en el Parlamento, también allí tiramos la garra y da mucho gusto tener el respaldo de un gobierno que ofrece la suficiente libertad para decirles en su cara, en sus idiomas, la verdad que no quieren escuchar, la verdad que en esos pasillos y tras esas paredes no todo el mundo tiene el valor de decir. Aún si conocen la verdad, no reciben la instrucción de defenderla. Y es muy gratificante poder defender a un país con esa libertad.

Hay muchas mujeres ocupando responsabilidades en el Gobierno de Maduro, ¿cómo valoras esa posibilidad que tiene hoy la mujer venezolana de estar en la primera línea de combate?

Todavía no están todas las que podemos estar en esos puestos de combate. Faltan muchas más. Él siempre ha sido un gran propulsor del papel de la mujer, bueno, va de la mano de su compañera, a todos los frentes y a todas las peleas, eso ya dice mucho, pero creo que todavía nos falta mucho terreno por caminar en el tema de la equidad en la participación, de vocería, de capacidad de acción, de paridad en el ejercicio. Hemos sido felices de ver por ejemplo en nuestra Revolución a una Ministra de la Defensa, a la primera Ministra de Relaciones Exteriores de la historia venezolana, y yo considero que ha sido una de las mejores de la historia también, con una garra muy particular, muy preparada, una mujer extraordinaria. Las mujeres estamos hechas para resolver conflictos, desde que nacemos hasta que nos morimos. No hay un día en que una mujer no negocie, como hermanas, esposas y madres. La secretaría ejecutiva de la Juventud Socialista del Partido la ocupa una gran joven, una gran luchadora, pero falta muchísimo más. La diplomacia es un área que se considera muy masculina. En América Latina y el Caribe somos poquísimas mujeres en ejercicio acá en territorio europeo. Y en la Cancillería venezolana tenemos la dicha de tener a varias mujeres embajadoras. Mientras más mujeres ejerzan la diplomacia, serán menos los conflictos.

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Un comentario

  1. Trina Pieruzzini

    Esta entrevista no tiene desperdicio deberia difundirse por TV, ojalá todos nuestros embajadores tuvieran la ética, moralidad y,sentido patrio de la sra. CLAUDIA SALERNO, que orgullo.

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